Alejo Dillor – Punto Rosa Zines
Se escuchan gemidos, un tema de electrónica, la sala oscura con destellos estroboscópicos que dejan entrever movimientos frenéticos, cuerpos enredados y poseídos que te invitan a formar parte de este grito catártico. Se ve movimiento en el público, bailan, chapan, están entregados a la situación, la obra de teatro ya no es más ficción, se trasladó al mundo real y nos enredó en su trama.
Una especie de “Petite Mort” temporal, un orgasmo fugaz pero potente que permite trascender lo sexual, perder lo individual y fusionarte con el otro. Bataille habla en ‘’El Erotismo’’ acerca de una fuerza subversiva, que desafía la lógica y la razón y que te puede llevar a una experiencia mística. “Pornografía Sentimental” propone un viaje que se desarrolla entre lo real y lo ficticio, escenas que parecen desconectadas a priori pero que se van articulando con ayuda del público y de un constante ida y vuelta que borra los límites de la ficción, esa subversión a la lógica del teatro permite dejar de ser espectador e identificarte con las historias de lxs protagonistas.
Las distintas sucesiones de escenas ocultan un constante nerviosismo que va in crescendo. Dos fuerzas están en un estado de tensión constante, la necesidad de permanencia y la necesidad de disolverse y ser. Es este estado el que lleva a que una simple pregunta como “¿Da?” sea el gatillo a la destrucción final.
Los personajes se empiezan a desdibujar, aquellos elementos identificativos desaparecen en la oscuridad, ya no reconocemos rasgos, solamente cuerpos desnudos que empiezan a entrelazarse y a olvidarse de esa necesidad de preservación, están entregados al continuo de Bataille, a la necesidad de transgredir y fusionarse con el otro a su vez deconstruyendo las propias ideas, clichés y estereotipos sentimentales previos y dejándose llevar por sus deseos (o calentura).
Llega el final, luces de veladores se iluminan en varios sectores marcando el fin del frenesí, el después del orgasmo vuelve al mundo real y nos pregunta: ¿Qué pasa cuando nos damos cuenta que el amor, tal y como lo conocemos, no es más que una ficción? ¿Qué hacemos cuando entendemos que el amor romántico es una farsa? ¿Dónde lloramos la angustia de saber que no hay príncipes azules?
Nos damos cuenta que son patrones que se repiten, son esas normas aprendidas, esos mecanismos que inconscientemente aplicamos y que esta obra nos invita a liberar a la manera de una tragedia aristotélica, donde la razón se desvanece y Dionisos se apodera del momento. Nos muestra nuestra propia vulnerabilidad y nos invita a reflexionar acerca de ¿Qué es amar? Y ¿Cómo amamos?
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